En
España, la profesión de animador llegó mas tarde que al resto de Europa. Fue en
la década de los 60 surgen los primeros animadores que tenían carácter de
voluntariado, y a partir de la llegada de la democracia (1975) aparecen los
profesionales con el nombre de animadores sin que se distingan muy bien de los
trabajadores sociales. Esta situación confusa se va esclareciendo de forma
lenta y de acuerdo con las necesidades que surgen. La estructura autonómica
hace que cada Comunidad Autónoma pueda legislar en la materia y así definir
concretamente lo que quieren que un animador sea o haga.
3.1.
Características del animador como profesional.
El
trabajo que desarrollan los animadores es muy variado pero, como hemos indicado
en apartados anteriores todos ellos tienen unas características comunes:
dinamizador, agente social y mediador.
3.2.
Funciones y tareas que desarrolla el animador.
El
trabajo del animador ha sido estudiado por muy variados autores desde
diferentes aspectos y puede hacer referencia, tanto a estudios de situación, de
gestión o de asistencia técnica, como a la formación de las personas implicadas
en este proceso o la acción comunitaria que desarrollan. Los resultados de las
investigaciones realizadas en Francia sobre el trabajo que desempeñan los
animadores coinciden básicamente con las investigaciones realizadas en nuestro
país. Una de las más recientes es la llevada a cabo en la U.N.E.D por la
doctora P. Lalana (1999) y que
recoge de forma general las funciones y tareas que actualmente realizan los
animadores en España. Son estas:
Función: Investigación
social y cultural (hace referencia a estudios de situación, de población, y de
contexto). Tareas principales dentro de esta función:
· Determinar los sectores
existentes.
· Analizar y formular las nuevas
expectativas, motivos e inquietudes .
· Descubrir y satisfacer
necesidades.
Función: Estimular y motivar.
(procesos dinámicos, socioculturales, personales y grupales).
· Fomentar iniciativas
socioculturales.
· Motivar la confianza en la
acción social.
· Repartir liderazgo.
· Ofrecer a todos igualdad de
oportunidades.
Función: Catalizar procesos de dinamización.
· Desarrollar la creatividad.
· Proporcionar medios e
instrumentos para la planificación y promoción de actividades.
Función: Relaciones intragrupo.
· Favorecer intercambio de ideas.
· Tomar conciencia de las unidades
de grupo.
· Potenciar la participación /
acción.
Función: Relaciones extragrupo e
intergrupos.
· Decidir colectivamente,
colegiadamente.
· Hacer que cada grupo asuma su
responsabilidad.
· Confiar en la capacidad del
grupo.
Función: Programación.
· Presentar proyectos.
· Priorizar objetivos a partir de
las necesidades.
· Integrar los recursos del medio
en la programación.
Función: Organización.
· Prever recursos.
· Definir las áreas de
intervención y el cambio de actuación.
· Tomar decisiones.
Función: Gestión y
administración.
· Hablar con instituciones:
Escuela. Universidad.
· Conocer y solicitar información:
legal, cultural, deportiva, lúdica, formativa.
· Gestionar ayudas y subvenciones.
Función: Orientación y
asistencia técnica.
· Explicar las características y
posibilidades de temas de trabajo.
· Procesos de aprendizaje y
autoaprendizaje.
· Improvisar soluciones.
· Facilitar intercambios
asociaciones / administración.
Función: Expresión e
información.
· Estimular la comunicación y el
dialogo.
· Lograr la libre expresión de
todo el grupo – Entrevistar.
· Respetar ideas y criterios del
grupo.
Función: Provisión de Servicios.
· Inventariar recursos necesarios
y disponibles.
· Participar en centros culturales.
· Determinar y conseguir
infraestructura técnica para actividades.
· Determinar la propaganda.
Función: Educación.
· Convivencia.
· Ocio y tiempo libre.
· Apreciar la colaboración del
otro.
· Autoestima, autonomía personal.
Función: Coordinar.
· Hacer seguimiento de lo
dispuesto.
· Articular los recursos.
· Coordinar animadores /as.
Función: Promoción, producción.
· Apoyar nuevas iniciativas.
· Relacionarse con las autoridades
en la materia.
· Celebrar entrevistas.
3.3.
Estilos con los que el animador ejerce su profesión.
Los
estilos del animador al ejercer su profesión coinciden con los de cualquier
educador. Edourd Limbos, los describe como: Animador autoritario es aquél que no admite ni sugerencias,
ni iniciativas; el grupo va a dónde él quiere ir y cree que su postura es la
mejor. Sus actuaciones son despóticas, paternalistas y maniobreras. El Animador permisivo no cree en
las normas, piensa que las acciones y los proyectos surgen espontáneamente,
produciendo desorientación y confusión que llevan a que dirija el grupo el
miembro del mismo como: demagógica, bonachona e indiferente. Animador democrático es aquél
que cuenta con la colaboración de los miembros del grupo, confía en dicho grupo
y tiene fe en conseguir los objetivos propuestos. Es el ideal de animador,
aunque en algún caso puntual haya que actuar como alguno de los anteriores.
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