sábado, 28 de mayo de 2016

Dimensiones educativas del animador sociocultural

1.          LAS DIMENSIONES EDUCATIVAS DE LA ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL

Juan Sáez Carreras

Para llevar a cabo la construcción y reconstrucción de la Animación Sociocultural, según Níkeles, es necesario efectuar una revisión para saber lo que se ha dicho (vía analítica), lo que se hace en ASC (vía práctica o profesionalizadora) y el proceso evolutivo seguido en su desarrollo y aplicación (vía histórica).




1.2.              LA VÍA ANALÍTICA EN EL ESTUDIO DE LA ASC


No hay duda de los resultados obtenidos en ASC por la vía analítica, ya que sabemos más, en términos cuantitativos y cualitativos, sobre lo que es la ASC.

En Educación Social (hoy que se reconoce bajo tal titulación la convergencia de tres hitos ocupacionales: la Educación Especializada, la ASC y la Educación de Adultos), es constatable que nuestra tradición investigadora no puede compararse con la que, desde hace años, muestran las Ciencias de la Educación desde un punto de vista más amplio. Carecemos, en general, de un buen número de estudios realizados en y desde la práctica que nos permita comenzar a responder a algunos retos y dilemas y eso que, en los últimos años, debido al impulso dado por los postgrados orientados, en las universidades, a la realización de las tesis doctorales, hemos adquirido un patrimonio importante.

Sobre la base de lo analizado, y con actitud prudente, podríamos puntualizar algunas matizaciones:

ü Constatar la multitud de definiciones que se han propuesto de Animación Sociocultural. Sería de desear que se exploraran los supuestos comunes existentes entre ellas y también las diferencias.

ü Tal multitud de conceptualizaciones ha provocado la utilización de una serie de términos procedentes de diversas áreas, con traducciones idénticas o interpretaciones diferentes, según sea el contexto teórico en el que son utilizadas.

La vía analítica ha potenciado la relación de la ASC con otros conceptos, términos, expresiones, ámbitos y temáticas, metas, estrategias y procedimientos..., que actúan como «fermento metodológico» enriqueciendo el campo y obligándonos a profundizar utilizando las otras vías como la práctica y la histórica.


1.3.              DIMENSIONES EDUCATIVAS DE LA ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL


La ASC nos parece es una práctica que propicia la interacción y la comunicación de sus miembros en orden a satisfacer diversos y relevantes intereses para ello. Desde esta perspectiva, la ASC es una estrategia educativa que será tanto más potente, cultural y socialmente, cuanto más lo sean los protagonistas que la construyan, la guíen, la sitúen en los contextos y en sus diversas variables. La naturaleza pedagógica de la Animación Sociocultural es del todo expresiva.

Estas consideraciones nos permiten considerar la ASC más como una práctica social, que se construye y se recrea en contextos y ámbitos concretos y personales, que como una tecnología aplicadora de conocimiento científico, objetivo, neutral y mensurable.


1.3.1.         EN LA ASC TAMBIEN SE APREDE: COMUNIDADES DE CONOCIMIENTO


Me gustaría tratar de profundizar sobre la ASC y sus dimensiones educativas, que es lo mismo que tratar de responder a la pregunta: ¿por qué es la ASC, también, educación?

ü Coaprendices en el grupo.

La primera nota que caracteriza la Educación Social y, más particularmente la Animación Sociocultural, es la de considerar que el aprendizaje es más consistente y más liberador cuanto más es llevado a cabo en grupos que intercambian significados, sentimientos, ideas... para afrontar proyectos comunes.

Los problemas de las personas que demandan la ASC, y los tipificamos como socioculturales, tienen que ver con su situación personal, social y cultural, y reclaman que los animadores tengan presente los contextos en los que se mueven, las situaciones afectivas y mentales que manifiestan, los interés que suelen expresar, las imágenes que de si mismos poseen, el tipo de relación que mantienen con sus próximos o lejanos, los objetivos que persiguen...

Estas personas no deben ser tratadas como los depositarios del conocimiento transmitido por el animador. Son constructores activos de experiencias con las que descubren conocimiento a través de estrategias educativas colaborativas.

Las personas, en la ASC, deberían ser consideradas coaprendices en procesos de interacción social, donde abordan conjuntamente con otras personas, tareas socialmente significativas para promover el trabajo colaborativo y la crítica común.

ü Participación involucrada: de la interacción a la comunicación.

La ASC ha ido ampliando competencias mirando hacia grupos y colectivos que reclaman apoyo educativo. Ha trascendido la atención centrada en el ocio y tiempo.

La vertiente pedagógica de la ASC defiende la idea de que las personas aprenden colaborativamente implicándose en la solución de sus problemas con la ayuda de otros. De ahí esta segunda característica: la participación involucrada, que es un proceso más complejo y denso que la simple participación mecánica.

En este proceso de relación interpersonal se puede producir la comunicación. A veces nos solemos informar más que comunicar. La comunicación necesita la interacción entre las personas. De esta manera cabe considerar un par de matizaciones:

q  En el proceso de intercambio de información, la comunicación actúa como intervención en direcciones interactivas, cruzadas, produciendo modificaciones de la visión que los protagonistas tenían de aquello que es objeto de reflexión, antes de tal comunicación.

q  No es fácil que las interacciones continuas y cotidianas que las personas mantienen entre si finalicen en verdaderas comunicaciones. Las interacciones no suponen la comunicación per se. Existen una serie de variables que dificultan la comunicación, tales como políticas, económicas, sociales, culturales, ambientales, personales...



ü Consenso y negociación: la Animación Sociocultural precisa reciprocidad y respeto.

Cualquier proyecto de ASC que pretenda llevarse a cabo, desde sus inicios hasta sus resultados, a la hora del diseño de programas o de cómo realizar las diferentes tareas que sean propuestas, demanda el consenso de los participantes en él.

Es imprescindible que se manifieste la negociación entre animadores y los participantes en el marco de la comunidad junto a otros protagonistas sociales... (Lebel).

Las actitudes éticas deben predominar en los procesos de intervención.

ü En busca de la mejora: reflexión y autorreflexión para comprender la cultura de nuestra época.

Los animadores socioculturales no pueden autopercibirse como tecnólogos ni tampoco como simples burócratas que aplican y ejecutan las normas y regulaciones de la Administración, en lo que toca a personas que demandan atención educativa (Oliver y Quevedo). Sus funciones y tareas son diferentes a los de otros profesionales, médicos, militares, administradores..., que actúan desde plataformas que dan legitimidad a su acción profesional.

Los animadores son más congruentes cuando codifican la naturaleza de los procesos que coordinan con rasgos y temas educativos y se ven a sí mismos como organizadores de proyectos y actividades críticas y colaborativas que buscan fomentar la reflexividad de aquellos que participan en ellos.

Desde el anterior punto de vista, los animadores socioculturales, recreando conductas éticas, actúan como facilitadores de tareas y cooperadores reflexivos que promueven el pensar y la posterior autorreflexión de los que desean dar solución a sus dudas e incertidumbres, inquietudes y problemas. Así Reflexionan y hacen reflexionar a quienes participan involucradamente en los procesos.


1.3.2.        LAS TRES CARACTERIZACIONES PEDAGÓGICAS DE LA ASC


Cabe recordar que la ASC, como Educación Social que es, supone, frente a la educación escolar, por ejemplo, el mantenimiento de tres caracterizaciones pedagógicas que la dotan de la fuerza y peculiaridad que no poseen otras prácticas sociales. Y son:

ü La caracterización semántica o temática, porque la ASC no pretende la mera instrucción. La ASC, como proceso de comunicación que es, debe transmitir conocimientos relacionados con la vida de las gentes, y no supeditados a los imperativos de las disciplinas.

ü La caracterización procesual o metodológica, ya que este tipo de conocimiento no puede ser asimilado ni interiorizado, si no se lleva a cabo en un proceso de dialéctica personal y social. Las técnicas cualitativas son espléndidos instrumentos para llevar a cabo programas de educación, afianzando la ética del trabajo en equipo y la dimensión pedagógica de la ASC.

ü La caracterización ética y política, puesto que se trata de satisfacer los intereses de las personas para quienes los animadores laboran. La ASC no es un proceso neutral, materializa valores. Las personas viven en contextos y comunidades bajo condiciones sociopolíticas, económicas y culturales que condicionan y/o potencian sus posibilidades de vida.



En la práctica educativa cotidiana son importantes los actos que llegamos a realizar en cualquiera de las etapas que caracterizan los procesos de intervención educativa, desde el diagnóstico hasta la evaluación, en continuo estado de retroalimentación. Tales actos:

ü No son competitivos. En ellos hay lugar para la diferencia y la diversidad.

ü Cuestionan la transmisión de conocimiento que se apoya solo en la racionalidad científica dominante. La única forma de conocer, el saber científico, ya no es la única.

ü Son el reflejo y el resultado de interacciones que se recrean a través de la opinión de cada participante, desde sus respectivos puntos de vista e intereses.

ü Permiten entender por qué los animadores son tan investigadores como educadores.

Con estos actos entran en juego las técnicas cualitativas, tan importantes en la ASC,  que no son otra cosa que técnicas animadoras en la perspectiva pedagógica.


1.4.              LAS TECNICAS CUALITATIVAS EN ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL


1.4.1.         ¿QUÉ SON LAS TÉCNICAS CUALITATIVAS?


Las técnicas cualitativas o procedimientos de intervención educativa no anulan la comunicación y reclaman la interacción para que ésta se lleve a cabo. Son procesos de intervención, como mínimo en doble dirección, fomentados en diversas direcciones. En estos procesos de intervención se crean condiciones tales como:

ü Un ambiente que promueve la participación y permite a las personas expresar sus necesidades reales.

ü Una dinámica que propugna el intercambio de ideas.

ü La utilización de procedimientos consensuados para facilitar la tarea.

ü Una coordinación, por parte de uno o más animadores, que asesoren y orienten en todos los pasos del proceso.

Con estas consideraciones cabe afirmar que las técnicas cualitativas en ASC:

ü No son procedimientos formalizados ni responden a una lógica interna de acciones secuencializadas, es decir que no son una tecnología social.

ü Son procesos de comunicación, cuya dirección no es lineal ni secuencialmente lógica. Son procesos construidos bajo la coordinación de un animador y el consenso de los participantes según sus necesidades (Escarbajal).

ü Son construcciones que parten de la experiencia propia de los involucrados en ella, es decir de sus problemas y necesidades (Beville).

ü Tales procedimientos no se integran por historias o conocimientos distantes se la realidad, sino que buscan conectar y relacionar el saber que se utiliza con las experiencias y las biografías de quienes hacen y viven la ASC.



El conocimiento que se maneja en la ASC está conectado a la vida de los que se involucran en esta práctica social, más que a las disciplinas y a los manuales que tematizan los problemas planteados en el proceso. A este tipo de conocimiento, adjetivado como relevante porque ayuda a las personas a interpretar la realidad y a comprenderse a sí mismas, se le suele titular conocimiento práctico, es decir conocimiento que ha sido obtenido de la práctica.


1.4.2.        LOS ANIMADORES Y LAS TÉCNICAS CUALITATIVAS


Pueden enumerarse un buen capítulo de técnicas cualitativas, algunas veces llamadas participativas, otras interactivas o cooperativas y otras adjetivaciones más. Merece la pena señalar algunas de las caracterizaciones más importantes de estas técnicas.

ü La utilización de estas técnicas fomenta el trabajo colaborativo, que no supone la mera suma de individuos, sino la interrelación dialéctica en donde los individuos se influyen mutuamente hasta lograr el equilibrio y el consenso (Hostie).

ü Nadie es poseedor definitivo de los conocimientos, ni siquiera el animador como conductor de la técnica, ni tampoco nadie actúa como receptor pasivo de la misma.

ü El trabajo grupal es otra de las características que potencian las técnicas cualitativas. Hoy se distingue entre trabajo con grupo, trabajo de grupo y trabajo en grupo; entre técnicas grupales y dinámica de grupos.

Sáez y Escarbajal definen las técnicas cualitativas como un conjunto de procedimientos y estrategias utilizadas con el objetivo de lograr la mejora en el trabajo grupal. Son procesos amplios de reflexión, no meras aplicaciones de conocimiento.


El «recurso» más evidente de las técnicas cualitativas en la ASC no son los materiales que se utilicen, sino que son las propias personas.

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